Dile adiós al dolor

Cierra los ojos y piensa en tres cosas que te den escalofríos. Si estás dentro de la mayoría, seguramente una de esas tres va a ser el dentista, ¿cierto? Hay que ver la enorme prevención que tenemos en contra de este profesional. Ese miedo atávico seguramente venga de otras épocas en las que las muelas se extraían sin ningún tipo de anestesia, con herramientas herrumbrosas y con poco cuidado. Incluso esos mismos dentistas ni siquiera habían surgido como profesionales, y muchas veces eran los barberos los que se encargaban de extraer muelas y dientes o de hacer alguna sangría.

Pero hoy en día mantener esta sinrazón es bastante ilógico. Las técnicas han avanzado tanto como el control del dolor. Empastes, endodoncias, ortodoncias y todo tipo de extracciones se realizan desde una óptica de asepsia controlada y de ausencia de dolor. Nunca como hasta hoy había sido tan sencillo ir al dentista sin temor a lo desconocido.

Incluso Internet se pone de nuestro lado. ¿Que necesitamos un profesional que esté cerca de nuestra casa? Pues hacemos clic aquí y podemos encontrar una enorme variedad de dentistas que nos van a solucionar esa caries molesta y dolorosa que nos hace gemir de dolor por las noches y nos impide comer cualquier alimento.

Es importantísimo un buen cuidado de la dentadura. No porque lo recomienden los dentistas, sino porque los dientes son una tarjeta de presentación estupenda de nuestra imagen. Una dentadura descolocada o a la que le falten piezas no solamente impide una correcta masticación o la futura aparición de problemas, sino una imagen estética poco atractiva. No somos abanderados del culto insano o enfermizo al cuerpo, pero un cuidado dental nos parece una idea maravillosa.

Existen algunos consejos que no por obvios resultan menos adecuados. El primero es evidente: cepíllate. Da igual que uses esa crema que tiene iones con mucho flúor o que hayas comprado una de oferta en el supermercado, lo importante es que te cepilles. Eliminar los restos de comida es el mejor comienzo para cuidar de tu dentadura. Y no olvides pasarte el hilo dental para eliminar más eficientemente los restos que hayan podido quedar en los espacios interdentales. A la menor señal de problemas acude al dentista. No dejes que una pieza se pierda o deteriore por tu imprevisión. Y por favor, olvida ya tus miedos. No vas a conseguir nada más que condicionarte a ti mismo de manera negativa y eso puede redundar en tu malestar y en contra tuya. Así que utiliza la cabeza y dile adiós al dolor.

Deja un comentario