Pues sí, cansada de tener que soportar al vecino mientras practicaba con la flauta, harta de pagar comunidad, hastiada de las reuniones interminables con café y pastas y aburrida de los tacones de la vecina de arriba me he embarcado en una nueva aventura que me va a llevar a estrenar casa dentro de poco. Estoy muy contenta porque mi nuevo hogar es un adosado muy mono que encontré a precio de ganga, con dos plantas y un pequeño jardincito en el exterior. Tras pensármelo mucho al final aproveché las últimas desgravaciones fiscales por la vivienda y lo adquirí. Ni que decir tiene que estoy muy contenta con la compra, la verdad.
Este fin de semana voy a realizar la mudanza de mis antiguos trastos al nuevo domicilio. Al principio pensé hacerla yo misma, puesto que la distancia no es excesiva, pero un amigo me aconsejó no hacerlo. No solamente por la enorme paliza que te vas a dar, me dijo, sino porque podrías ser multada por las autoridades si te cogen con el asiento de atrás lleno de objetos móviles y mal sujetados. Ni que decir tiene que me convenció por completo.
Así que decidí encontrar una empresa de transporte que me llevase todo lo que yo consideraba mi vida desde mi antiguo hogar al nuevo. Y gracias a Internet y a la enorme practicidad de la Web mil – mudanzas obtuve enseguida lo que yo buscaba, al mejor precio y con las mejores condiciones. De hecho he quedado convencida de que los mejores servicios no tienen por qué ser insultantemente caros.
La verdad es que lo tengo todo todavía por preparar. He embalado ya algunas cajas con adornos, cuadros y libros, pero el grueso de mis pertenencias está todavía en las estanterías. En la empresa de mudanzas me han afirmado que ellos se ocuparán de tratar todos y cada uno de mis enseres con el máximo cuidado y tacto, así que les creo. Y lo hago porque un conocido mío también recurrió a milmudanzas.com y quedó muy contento con el servicio que le dieron, así que no tengo ningún temor al respecto, a pesar de lo complicado que puede llegar a ser meterlo todo en un camión y llevártelo a otro lugar.
Eso sí, como ya os estaréis imaginando tengo por delante todavía una enorme tarea, ya que la mudanza es solamente un paso intermedio. Después tendré que ponerle a colocar todos y cada uno de los muebles y objetos en el sitio que he pensado para ellos. Así que si algún lector de este blog quiere echarme una mano por mí encantada. ¿Algún voluntario/a?