A veces pensamos que lo que hace funcionar al mundo son las cosas grandes, la que de verdad importan, esas a las que ponemos la etiqueta de fundamentales. No os diremos que el asunto no sea así, pero también es verdad que en ocasiones la importancia está en los pequeños detalles.
Pensemos por un momento en los tapones de corcho y en su eficacia a la hora de sellar un producto tan interesante como es el vino. No podemos afirmar que este tipo de objetos sean grandes o voluminosos, pero sí que podemos certificar que su utilidad y su practicidad son la mejor manera de conseguir unos resultados excelentes. Aquí tenemos la prueba de que una cosa de tamaño diminuto, sin embargo, cumple una función indispensable. Así que si quieres saberlo todo sobre el particular, mejor que entres en el enlace que te hemos proporcionado, ya que así tendrás oportunidad de leer un excelente artículo que te hablará, entre otras cosas, de los pequeños detalles…