Son muchos los afortunados que disponen en su hogar de una piscina para hacer más llevaderos los calurosos días de verano, aunque en ocasiones éstos puedan verse eclipsados por molestias producidas por los productos químicos que se utilizan habitualmente. El cloro que suele utilizarse como elemento de depuración en las piscinas tradicionales puede provocar molestias en la piel, irritaciones en las mucosas, en los ojos e incluso afecciones respiratorias, lo que puede hacer que los baños veraniegos se conviertan en un momento desagradable. Esto puede hacerse especialmente remarcable cuando se trata de niños de corta edad, más sensibles a los productos químicos.
No obstante existe una alternativa que viene desarrollándose desde mediados del siglo XX y que en las últimas décadas está cobrando cada vez un mayor nivel de implantación entre los sectores más ecologistas de la población. Se trata de las piscinas naturales, o ecopiscinas, unos espacios de forma y estilo variable que tienen como denominador común la total ausencia de productos químicos para su depuración. Sin cloro, sin ningún tipo de producto, sin apenas mantenimiento… cómo es posible entonces mantener un agua cristalina y limpia de impurezas para disfrutar de un baño con garantía de salubridad? Es la pregunta que muchos se hacen convencidos de que nadie debe tocar nada que previamente no se haya desinfectado. La solución a este dilema se encuentra en la propia naturaleza. La construcción de una piscina natural se sirve de determinadas especies de plantas ubicadas en un apartado que se encuentra dentro de la propia piscina, unas plantas acuáticas que combinadas con grava consiguen depurar el agua de la zona de baño dejándola libre de bacterias perjudiciales.
Un sistema el del filtrado natural que permite la libertad de crear nuestra piscina natural o ecopiscina con el estilo que más se ajuste a nuestros gustos. Desde un estanque natural a una piscina ultra moderna, cualquier forma es posible siempre que se tenga en el cuenta la necesidad de ajustar el tamaño de la zona de filtrado al de la zona de baño. El éxito en la obtención de un agua de baño clara y cristalina viene dado precisamente por el acierto a la hora de dividir estas dos zonas en nuestra piscina, lago o estanque, teniendo siempre en cuenta el número aproximado de personas que harán uso de la zona de baño. Una solución natural a los problemas con el cloro y demás sustancias químicas agresivas para nuestra salud.