Escuelas caninas para educar a nuestro perro

Toda convivencia requiere el respeto de unas normas, es algo que nadie pone en duda, y quien convive con un perro sabe que en ocasiones algo aparentemente tan fácil no es sencillo de conseguir. Cuando nos hacemos cargo del cuidado de un perro muchas veces olvidamos lo más importante. Le damos comida, cariño, pero le damos educación? No estamos hablando por supuesto de enseñarle buenos modales al estilo humano, pero sí un respeto por las normas que nosotros queramos que sean respetadas en nuestro entorno familiar, y las genéricas que deben respetarse per se en la sociedad. Ponemos por ejemplo el hecho de que un perro debe estar suficientemente educado como para poder pasear con él sin que se lance a ladrar o a morder a cualquier persona desconocida que pase por su lado.

Cuando hablamos de la educación o adiestramiento de perros algunas personas piensan inmediatamente en escuelas en las que enseñan al perro a someterse a su dueño a base de violencia, algo completamente en desuso que se ha demostrado ineficaz para la correcta educación de los animales. Por contra hoy en día se siguen métodos como el refuerzo positivo que pueden llegar a modificar conductas violentas en los perros así como lograr una convivencia sana con sus dueños. Se trata de mostrarle al perro las conductas que son aceptables y premiarle cuando las lleve a cabo, ignorando su comportamiento inadecuado y mostrándole de forma sutil que somos nosotros los que debemos marcar las pautas de convivencia y no ellos. A fin de cuentas se siguen criterios similares a los que se utilizan en la educación infantil.

Gracias a los expertos que podremos encontrar en las escuelas de educación canina o escuelas de adiestramiento canino podremos conseguir que la vida con nuestro amigo de cuatro patas sea mucho más placentera sin tener que preocuparnos por comportamientos inadecuados o violentos, incluso algunas escuelas pueden darle a nuestro amigo una formación de Obediencia Clase Internacional. Especialmente aquellas personas que conviven con perros de razas grandes encuentran difícil corregir malos hábitos por ejemplo al pasear y sufren continuamente tirones de la correa, siendo en realidad el humano el que es “paseado” por su perro y no al contrario. O bien aquellos perros que deciden ocupar el sofá de casa y responden con una negativa en forma de mordisco cuando intentamos bajarlos. Comportamientos que no son ajenos a muchos de los que viven con un compañero de cuatro patas y que gracias a una disciplina, paciencia y sobre todo cariño pueden corregirse ofreciendo un mejor ambiente y una convivencia más agradable para todos.

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