A la hora de comprar una lavadora es muy importante tener en cuenta varios factores que pueden hacer que te inclines por una opción o por otra. Además de las características propias de electrodoméstico, que enumeraremos aquí, es fundamental tener en mente el espacio que tenemos para colocar nuestra lavadora. El espacio disponible influirá directamente en la decisión del modelo adecuado.

Además, también hay que calcular cuantos kilos de ropa lavamos normalmente. Como es lógico el uso de la lavadora en una familia no es el mismo que para una pareja o una persona. Por este motivo tendremos que tener en cuenta los usos a lo largo del tiempo y la carga de ropa que vayamos a lavar.

Por último hay que cerciorase de la instalación disponible en nuestra cocina. Algunas lavadoras necesitan una toma hacia el exterior, sobretodo si tienen funcionalidades de secadora y otras, la gran mayoría, solo necesitan la toma de agua correspondiente.

En el mercado podrás encontrar tres tipos de lavadoras, carga superior, compactas y carga lateral.

Lavadora de carga superior.

Esta lavadora es el modelo tradicional, y como han sido siempre este tipo de electrodomésticos. Su apertura superior facilita la carga y descarga de ropa en su interior. Además, normalmente, tienen capacidad para más kilos que otros modelos. En este tipo de lavadoras la ropa es agitada para separar la suciedad y cuidar las prendas más delicadas.

Lavadora carga frontal.

Este modelo es el más común en todas las casas, ya que normalmente van empotradas en la cocina y el acceso superior es inalcanzable. Este modelo hace girar la ropa en su interior golpeandola contra el agua. Además gracias a sus programas de centrifugado, la ropa puede salir más o menos húmeda, sin tener que esperar mucho para secarla.

Lavadoras compactas.

Estas lavadoras están pensadas para ocupar sitios reducidos en casas pequeñas. El modelo compacto guarda todas las funcionalidades de su hermano mayor pero con una capacidad menor. Aún así es recomendable , para una persona solo o una pareja ya que se adapta a sus necesidades y ahorra energía.