Por años los humanos hemos vividos diferentes experiencias en el proceso de adaptación a una sociedad establecida, en este proceso donde mitos y leyendas han formado parte de las creencia de toda clase de personas en diferentes partes del mundo, nace la tradición, así como personajes con aparente curiosidad por conocer el futuro, lo mismos que en un primer momento fueron llamados curiosos y que en la actualidad se les denomina chamanes y en otras sociedades, simplemente brujos. Y es que la sociedad ha permitido que los cambios en la historia estén impregnados de alianzas entre sacerdotes mágicos y líderes políticos asegurando con poderes desconocidos, realidades concretas.
Años más tarde los llamados chamanes abren sus puertas a personas comunes interesadas por buscar una solución a sus problemas, siendo atendidos con conjuros que muchos ya conocemos, rescatando el principal ritual dirigidos a parejas de amantes denominado en un principio endulzamientos y conocidos hoy como los amarres de amor.
¿Pero qué son los amarres de amor?
Como principal precepto, los amarres responden a una atadura difícil de romper, aunque esto para los científicos sea comprendido como una falacia, se debe rescatar que en países como Perú se ha podido comprobar que de 10 personas al menos ocho de ellos, alguna vez han asistido a estos llamados curiosos convertidos hoy en chamanes.
La rueda del tiempo sigue girando y sigue envolviendo a personas que de espectadores o ahora curiosos por saber parte de su futuro, han pasado a formar parte de un mundo mágico, donde muchas veces la verdad es exagerada y la mentira es adulterada tal vez para calmar emociones o sencillamente para atender al desesperado.
Leyenda viva o realidad no reconocida, los amarres de amor se han convertido en un espejo del alma, donde lo primordial siempre es una respuesta a las dudas