¿Qué podríamos definir como antigualla? Pues está claro, un objeto que ha conocido mejores días, que puede haber sido usado, que no está nuevo, que a veces, incluso, no es nada operativo… Sí, todo eso es una antigualla, así que estaría bien que supiéramos actuar cual Moisés que separa las aguas y dividir lo que es bueno y lo que no.
Apliquemos lo que acabamos de decir a un elemento importante: el recambio de ocasión. ¿Es una antigualla, algo inútil que no nos da ninguna satisfacción? ¿O es un indicador verdaderamente oportuno que nos señala hacia dónde podemos dirigirnos a la hora de ahorrarnos dinero y de conseguir calidad? Tú decides, pero antes de tomar una decisión léete el artículo que te hemos enlazado. Seguro que te haces una idea adecuada…