“Ornamental”, nunca fue una palabra que a nuestro punto de vista se llevase bien con “decoración”; cuanto mas allá va la vivencia del proceso en la transformación de una habitación completamente vacía hacia una que hable de nosotros, de nuestros gustos, preferencias  y necesidades, de los que queremos darle a quien entre en nuestra casa. El estado de ánimo que pretendemos, la forma en rememorar recuerdos, la moderación o no con la cual lo hagamos. Nuestro estilo.

Pero más allá de todo esto, hacemos algunas recomendaciones sobre como lograr que lo lindo y lo útil se conjuguen en uno. Siguiendo con los consejos sobre cocinas y sin dejar entonces de lado la utilidad de todo aquello de lo cual requeriremos en nuestras tareas diarias de cocina, podemos mediante algunos de los elementos que nos facilitan el labor, transmitir determinado concepto pretendido de decoración.

Hechos por lo general (y por una cuestión de vida útil del material) de madera o acero, podemos prestar atención a la forma y color de los utensilios, previendo como lucen y como se verán con el conjunto a la hora de de exhibirlos.

De todos los tamaños y colores, organizándolos (en vajilla, cristalería y cubiertos) mediante ganchos, paredes o en recipientes especiales que los porten, te habilitaran para mostrarlos como si fueran elementos decorativos.

A menudo encontramos gabinetes con puertas de cristal u otro material transparente, exponiendo allí también entre tanta herramienta, algo que vaya más allá del utilitarismo, y califique como pieza decorativa.

Una vez que tengas el color predominante en suelos, paredes y accesorios utilizaras esa información para complementarlo con otro diferente que realce y quede agradable a la vista.

La cocina es sabida como una habitación con doble propósito: las campanas de cocina ofrecen gran versatilidad. Es el centro de elaboración de alimentos y a la vez de interacción social; que invita a una charla amena para ponerse al día entre tanta calidez, luz, aromas y naturalidad.