A pocos meses de mi gran día todavía no tenía ni el piso pintado ni tan siquiera los muebles elegidos, jamás pensé que preparar una boda fuera tan difícil y a la vez tan estresante. Entre el trabajo y todos los preparativos la verdad que no nos quedaba tiempo ni para ir al cine y eso la verdad que no agobiaba un poquito, y es que ni tan siquiera podíamos delegar ya que se trataba de nuestra casa y debíamos elegirlo nosotros a nuestro gusto. Pero los días iban pasando y nada no adelantábamos nada, por fin un día llegaron los pintores y la verdad que en poco tiempo tuvimos la casa pintada oye y aunque no lo parezca el verla ya de otro color como que nos animó a ponernos manos a la obra empezar a mirar muebles, que la verdad se nos echaba el tiempo encima. En principio salimos por nuestro pueblo por las tiendas que había por allí pero la verdad que encima yo reconozco que somos un poco delicadillos y no nos daban en el gusto con nada.

Pues nada viajamos a algunas ciudades y nada no había manera a lo mejor en el dormitorio nos gustaba la cama pero no el armario ni las opciones que nos daban, creo que nos miraban como a bichos raros pero nos daba igual eran los muebles de nuestra casa y creo que como mínimo nos debían de gustar. Pues nada no había manera y una noche cenando con unos amigos que justo hacía unos meses que se habían casado les expusimos el tema y el gran problema que teníamos y les preguntamos donde habían comprado ellos los muebles, cuando me dijo que por internet me quedé un poco parada ya que lo normal es comprarlos en un sitio donde tú los veas expuestos y no a través de un catálogo o por lo menos eso creía yo hasta que entré en http://www.casaboreal.com/ y me di cuenta de lo que me encantaban sus muebles y no solo eso sino lo que de verdad nos íbamos ahorrar comprándoselos a ellos, nos asesoraron y viendo que éramos tan indecisos nos prepararon un proyecto personalizado donde vimos nuestra casa totalmente amueblada y que nos ayudó a tomar la decisión final. La verdad que quedamos encantados y puedo decir a voz de pronto que en poco tiempo tuve la casa amueblada y que para sorpresa de todo el personal no puse ni una pega a nada.