1) La crisis económica. Sin duda, la crisis económica ha sido el factor fundamental para el repunte en la afición por la costura. Nos habíamos acostumbrado a pagar por pequeños arreglos y a comprar la ropa confeccionada, pero cuando el presupuesto se vio recortado todos comenzamos a hacer cuentas.
Realizar trabajos básicos de costura como subir los bajos de faldas y de pantalones, cambiar una cremallera o coser unas rodilleras en el pantalón de un niño puede suponer un considerable ahorro al cabo de un año.
Pero si además nos animamos con piezas de ropa básicas como faldas rectas o sencillas prendas para niños el ahorro es todavía mayor. Es importante señalar que muchos hombres se sumaron a esta iniciativa que ha dejado de ser casi exclusiva de mujeres.
2) “El Tiempo Entre Costuras” y, en menor medida, “Velvet”. Los comerciantes de máquinas de coser están de acuerdo, la aparición de la famosa novela mencionada supuso un gran aumento en las ventas de máquinas de coser.
Las aventuras de Sira llevaron a muchas mujeres y también a algún que otro hombre, a animarse a probar suerte con el hilo y la aguja tal como ya habían visto hacer a sus madres o a sus abuelas. Lo que estas no lograron inculcar, lo consiguió la novela.
El efecto se vio ligeramente reforzado cuando comenzó a emitirse la serie de televisión, ambientada en el mundo de la moda.
3) La aparición de tiendas online donde es más fácil comprar y de tutoriales muy sencillos de seguir. Establecimientos como tejidosparedes.net han facilitado sin duda la compra de telas. Ya no hay que buscar por diferentes tiendas aquello que más nos gusta o conformarnos con lo que haya seleccionado el comerciante de nuestro barrio.
Ahora tenemos acceso a catálogos muy completos con todo tipo de tejidos y de diseños. Incluso para algunos de ellos es posible pedir una muestra para ver en la mano si lo que vamos a pedir se corresponde con lo que realmente queremos.
Los tutoriales han supuesto también un fuerte impulso a la costura. Ya no es necesario buscar una clase, acudir a diario y pagar un dinero para aprender a realizar trabajos sencillos. En casa, con acceso a Internet, se pueden seguir las instrucciones paso a paso que ofrecen diferentes particulares.
Como además hay tantos tutoriales diferentes es fácil encontrar aquel que nos resulta más fácil de entender o en el que se realiza exactamente el trabajo que queremos llevar a cabo.