La transición de la infancia a la adolescencia no es fácil para los niños y tampoco para los padres. Los que hasta hace nada eran dulces angelitos a los que era relativamente fácil llevar por el camino marcado han comenzado a convertirse en jovencitos con personalidad cada vez más fuerte que quieren reafirmarse, muchas veces mediante el natural modo de rebelarse contra los padres.
Durante esta etapa muchos jóvenes quieren encontrarse a sí mismos y comienzan a darle más importancia a su mundo personal, con sus amigos y compañeros, que a la familia. Esto es algo que exaspera a muchos padres pero, salvo casos extremos, es normal y tiene que entenderse como tal.
En esta etapa la habitación del adolescente cobra mucha importancia, es su territorio, el lugar en el que a menudo se reune con sus amigos y también el espacio en el que puede hacer muchas de las cosas que le gustan, como escuchar música o charlar con su teléfono. Por eso, es normal que quieran decorar la habitación a su manera para sentirse a gusto en ella.
La decoración de la habitación
Precisamente, la decoración de la habitación y el orden que se tenga en ella, son dos de los puntos en los que suele haber más enfrentamientos entre los adolescentes y sus padres. Conseguir que hagan la cama, que su ropa esté principalmente dentro del armario y que todo se mantenga recogido es una auténtica lucha diaria. Pero siempre es posible llegar a acuerdos.
Es evidente que los adolescentes van a cuidar y respetar más aquello que ellos mismos han escogido para su cuarto. Pero si además lo que han escogido les hace la vida más fácil, todo será positivo en el cambio.
Por ejemplo, permite a tu hijo de que escoja las fundas nórdicas juveniles que más le gusten para su habitación y verás como, al tener algo que de verdad le gusta, lo trata mejor. Y, además, el sistema de funda nórdica hará que le resulte mucho más fácil hacer la cama, por lo que las posibilidades de que se acostumbre a dejarla hecha serán mayores.
Las fundas nórdicas son una opción para todo el año en los lugares más fríos en los que incluso en verano se aguanta bien un nórdico fino, de los que están especialmente pensados para esta época del año. En los lugares más cálidos se puede combinar con colchas para los meses de más calor.