Nada más aprobar el examen teórico de conducir, una mezcla de ilusión y adrenalina invade nuestro cuerpo. Muy pronto cogerás el volante de un coche por primera vez, deberás afrontar nuevos retos hasta ahora desconocidos y descubrirás que aplicar la teoría a la práctica no es tan fácil como parecía en los miles de tests que hiciste. Cuando aparezcan las habituales complicaciones del primer día, quizá la enorme motivación previa que sentías disminuya un poco e incluso, puede que le cojas un respeto excesivo. No te preocupes, es una fase por la que hay que pasar. Así que si cometes alguno de estos errores, no te rindas, porque es lo más normal del mundo. Los profesores de las autoescuelas en Alicante, en Madrid, en Barcelona y en cualquier ciudad del mundo pueden dar fe de ello.
¿Qué fallos solemos cometer más en las primeras prácticas de conducción?
Pegarse demasiado al borde derecho de la vía
Da igual el número de veces que te advierta tu profesor, cuando empiezas a conducir sientes una atracción irracional por el borde derecho de la vía. Es muy normal, nuestros sentidos no están hechos para adaptarse inmediatamente a las dimensiones del coche, pero no te preocupes, en cuanto hagas unas prácticas más, llevarás el coche por donde debes. Mientras tanto, intenta darle los menos sustos posibles a tu copiloto y usa como referencia las flechas del suelo.
El juego de pies con los pedales
Poco tardarás en darte cuenta de que los pedales del freno y del acelerador tienen un tacto muy distinto al del embrague. Sin embargo, aunque percatarse de ello sea muy fácil, no lo es tanto hacerse a ello. En más de una ocasión, sobre todo en el primer día, pegarás acelerones y frenazos que harán a tu profesor esforzarse por adivinar tus erróneos movimientos para contrarrestarlos con sus pedales. No te desanimes por tu torpeza inicial, no tardarás en coordinar bien los pies para hacer una conducción correcta, o al menos, decente.
El intermitente en la dirección opuesta
Quizá sea el error menos grave (aunque ninguno es grave para un principiante), pero sí es uno de los más graciosos, porque pone en evidencia lo difícil que es dar una a derechas en el maldito primer día al volante. Cuando vayas a la derecha, indicarás a la izquierda, y viceversa, y así repetidas veces hasta que le cojas el truquillo sin darte cuenta. No te preocupes si confundes al resto de conductores, al ver la L sobre el coche, si son comprensivos, entenderán la situación.
El dichoso cambio de marchas
El primer día te parecerá que cambiar las marchas mientras conduces es latín antiguo, pero no tardarás en dominarlo. Eso sí, al principio eso de pisar el embrague, cambiar de marcha y soltar embrague sin apartar la vista de la carretera te parecerá misión imposible. Pero si millones de conductores lo hacen en todo el mundo, ¿por qué tú no? Ya verás que no eres tan desastre al volante como el inicio de tus prácticas te hizo creer.