Disparo diferencial. Solución a las cuantiosas pérdidas

¿Quién no tiene una segunda vivienda donde al llegar se ha encontrado con un olor desagradable procedente de la cocina, y al accionar el interruptor de la entrada se ha dado cuenta que no tiene luz?

¿Sucede en su vivienda que, casi todos los días,  a la misma hora tiene un disparo del diferencial general y no sabe ni a qué se debe ni cómo solucionarlo?

Para todo ello lo mejor es dirigirse a un profesional instalador electricista, con su carnet de instalador profesional y , a ser posible, asociado a la asociación regional de instaladores electricistas y de telecomunicaciones, para que tengamos una factura y una garantía de su trabajo como Dios manda.

 Este disparo diferencial tiene fácil solución instalando un Diferencial de Re-conexión automática, que puede adquirir en tienda material electrico o en su distribuidor de confianza.

Este dispositivo sustituye al diferencial habitual y su función es la de volver a conectar dicho diferencial una vez se produce el disparo. Según el modelo y marca, los hay que realizan 3 o hasta 6 intentos de re-conexión del diferencial transcurridos unos tiempos programados en el aparato, si aún así persiste el fallo, el diferencial quedará disparado porque entiende que hay un problema grave en el circuito y puede ser peligroso para las personas.

Y todo a media luz….

La música argentina es muy sentimental. Escuchar un tango susurrado a media voz mientras el cuerpo, inevitablemente, se va contoneando con el ritmo suave del bandoneón es una experiencia muy placentera, sobre todo para los que la disfrutamos plenamente. Por descontado tenemos algunas preferencias inevitables, pero nadie puede decir que le gustan los tangos si no se estremece con Gardel.

Uno de los más conocidos es ese que dice Y todo a media luz… La letra es muy curiosa y estimulante, pero en ocasiones se utiliza para otras cuestiones más prosaicas. ¿Quién no ha cantado esta canción en tono de chanza cuando la electricidad deja de ser constante y todo se queda a oscuras?

Pues eso fue lo que me ocurrió hace poco. Me gustaría que imaginaseis la escena porque no tiene desperdicio: once de la noche, ordenador encendido para terminar un informe pendiente (uno de esos que es importantísimo), algo de música relajante, un té al lado para ir bebiéndolo poco a poco… Y entonces, al contrario de lo que ocurre con la historia bíblica, se hizo la oscuridad.

Si hubiera tenido más previsión o menos nervios me habría acordado de que Internet ofrece un recurso fantástico para encontrar un profesional de los cables y las bombillas. Con haber hecho clic, desde un primer momento, en guiaelectricistas.com habría tenido la papeleta resuelta. Pero mi empecinamiento se entremezcló con los nervios y con la sospecha de que todo el trabajo que llevaba hecho se podía haber perdido. Es lo malo de tener esa irritante costumbre de multiplicar por diez cualquier acontecimiento.

Así que allí estaba yo, a oscuras, sin música, aún sobre el sillón ergonómico que me había comprado hacía poco. De repente una luz dentro de mi cabeza se encendió y pensé que podía tratarse de una avería general. Salí al pasillo y comprobé con satisfacción que la luz del mismo no funcionaba… Pero recordé que desde que tengo uso de razón nunca la había visto funcionar de manera continuada más de una semana seguida. Llamé a la vecina para ver si tenía luz en su casa y comprobé que sí, que una cálida y brillante aureola salía de su domicilio. Qué envidia, pensé…

Cuando cerraba la puerta fue cuando me acordé de mi móvil, de que tenía conexión y de que podía recurrir a buscar un electricista, que fue lo que acabé haciendo (eso sí, una hora y media después). La noche fue bastante larga, pero al final terminé solucionando mis problemas. Ah, por si os lo preguntáis: no, el trabajo no se perdió. Afortunadamente.